Flores Aleatorias
La presencia de flores en nuestras vidas puede evocar fuertes emociones y recuerdos. Cada flor es única y tiene un carácter propio. Esta individualidad es la base para una creación algorítmica que no intenta captar la esencia de cada una de ellas, sino crear intrincados patrones y nuevos detalles a partir de sus ricos colores y formas.
Flores aleatorias inició a finales de 2013 como un proceso que explora las posibilidades visuales de las funciones aleatorias (random) asociadas a la generación de formas geométricas que crean un sistema de pinceladas. Cada imagen es transformada en una pieza digital única a partir de brochazos con un aspecto visual pictórico, explotando la generación de largas cadenas de números aleatorios y usando como material de entrada fotografías de flores tomadas con cámaras de celular en baja calidad, Al centrarme en una reinterpretación de la información de cada píxel de una fotografía digital de una flor (color y posición), espero crear una conexión emocional entre el espectador y la superficie impresa que observa, animándome a apreciar la abstracción y artificialidad inherente a la imagen digital.
Cada fotografía es tratada como una matriz bidimensional de puntos (píxeles) y cada punto es procesado por el programa (escrito en processing) siguiendo la siguiente función:
f(color(j, k) × forma)
Las flores son una metáfora de la vida: son una efímera materialización de las incontables combinaciones posibles para la existencia. Flores aleatorias parte de materializar lo probable en la medida en que lo que vemos en la superficie impresa es solo una posibilidad entre cuatrillones que el programa de cómputo puede generar. Aunque como archivo de imagen cada imagen se pueda copiar ad infinitum, al igual que una flor en particular, cada pieza impresa es irrepetible en el sentido computacional ya que el proceso aleatorio que le dio origen es imposible de volver a generar. Este aspecto destaca que lo improbable de un suceso a partir de combinaciones aleatorias no es solo parte de la vida, sino también de los medios técnicos que usamos para generar imágenes. Los medios técnicos prometen fijar instantáneas del flujo de la vida, pero los procesos que las generan son tan únicos como los pétalos de una flor.