From Wetware Art to Greenness Studies
Jens Hauser / Alemania
University of Copenhagen
Después de desentrañar los términos “vida” y “naturaleza”, ambos términos supuestamente no tecnológicos, los conceptos de “verde” y “naturaleza” también deben estar desacoplados. Las investigaciones sobre la biomedialidad han demostrado que las formas de arte contemporáneo que emplean las biotecnologías como punto de partida, ponen de relieve – paradójicamente – tanto su “vivacidad” como su autenticidad, por un lado, y su técnica y artificialidad explícitas por el otro. Encontramos un problema similar con el tropo de la verdura culturalmente omnipresente: La vivacidad y el verdor están unidos a través de la “biofacticidad”, la idea de artefactos biológicos que al mismo tiempo crecen y, de hecho, están técnicamente construidos desde el principio.
En este medio, la palabra arqueológica, “verde”, simbólicamente asociada con lo “natural” y empleada para hipercompensar lo que los humanos sienten que han perdido, será considerada como la más antropocéntrica de todos los colores, en su inherente ambigüedad entre la supuesta naturalidad y lo artificial. Como “verde” se ha convertido en un tropo omnipresente a través de una amplia gama de disciplinas, y sus significados han emigrado a través de diferentes culturas del conocimiento, han surgido contradicciones inherentes. Lejos de tener un significado universal, el “verde” marca una brecha de conocimiento dramática, propensa a malentendidos sistemáticos: los ingenieros califican las tecnologías verdes como ecológicamente benignas, mientras que los investigadores del clima apuntan a la ecologización de la tierra como el efecto alarmante de las emisiones antropogénicas de CO2. El “crecimiento verde” pretende reconciliar el desarrollo económico y ecológicamente sostenible, mientras que en la filosofía la “ecología prismática” rechaza el uso del verde para representar las ideas binarias del mundo que no es humano como una naturaleza idealizada. Más concepto que color, el “verde” se reduce con frecuencia a una mera metáfora despojada de sus referentes materiales, epistemológicos e históricos.
Ha habido poca reflexión sobre -y mucho abuso de- “verde” en su migración a través de diferentes culturas del conocimiento. La confusión resultante obstaculiza cada vez más el diálogo interdisciplinario entre las humanidades y las ciencias naturales, en lugar de permitirlo, un diálogo urgente y necesario a la luz de los efectos antropogénicos sobre el clima y la biodiversidad: los investigadores, los responsables políticos y los ciudadanos carecen de una terminología común para abordar los problemas reales mundiales, mientras tanto hay efectos invernaderos de lavado verde a distancia. Este trabajo interdisciplinario presenta un arte novedoso, estudios de medios, estudios de ciencia y tecnología y enfoque basado en las ciencias naturales para investigar el papel único del verdor en la comprensión humana como color, percepción, medio, organismo biológico material, construcción semántica e ideología.